¿QÚE ES INTELIGENCIA
EMOCIONAL?
«Una emoción es un estado psicológico complejo que implica tres componentes distintos: una experiencia subjetiva, una respuesta fisiológica, y una respuesta conductual o expresiva». (Hockenbury y Hockenbury , 2007)
Para entender mejor lo que las emociones son, vamos a centrarnos en los tres elementos clave antes mencionados.
LA EXPERIENCIA SUBJETIVA
Aunque los expertos creen que hay una
serie de emociones básicas universales que son experimentadas por personas de
todo el mundo independientemente de su origen o de su cultura, los
investigadores también creen que la experiencia de la emoción puede ser muy
subjetiva.
Además, no siempre experimentamos formas «puras» de cada emoción, ni las mismas emociones se manifiestan ante acontecimientos o situaciones de la vida similares.
LA RESPUESTA FISIOLÓGICA
Si alguna vez has sentido un nudo en el
estómago, o fuertes palpitaciones en el corazón debido a la ansiedad o el
miedo, entonces sabrás que las emociones también pueden causar reacciones
fisiológicas importantes.
Muchas de las reacciones físicas que se experimentan durante una emoción, como la sudoración de las manos, el ritmo cardíaco acelerado, la respiración rápida, son controlados por el sistema nervioso simpático, una rama del sistema nervioso autónomo que controla las respuestas involuntarias del cuerpo.
Mientras que los primeros estudios sobre la fisiología de las emociones tienden a centrarse en estas respuestas autonómas, la investigación más reciente se ha centrado en el papel del cerebro en las emociones.
Los escáners cerebrales han demostrado que la amígdala, parte del sistema límbico, juega un papel importante en la respuesta fisiológica emocional, y en particular en el miedo.
LA RESPUESTA CONDUCTUAL
El componente final es tal vez con el
estamos más familiarizados, por ser la expresión real de la emoción. Gastamos
una cantidad significativa de tiempo en interpretar las expresiones emocionales
de las personas que nos rodean.
¿Qué son las emociones?
Las emociones son respuestas o reacciones
fisiológicas que genera nuestro cuerpo ante cambios que se producen en nuestro
entorno o en nosotros mismos. Estos cambios se basan en experiencias que a su
vez dependen de percepciones, actitudes, creencias sobre el mundo; que usamos
para percibir y valorar una situación concreta. Dependiendo, por ello, de
nuestras experiencias, reaccionaremos de una forma u otra ante situaciones
similares. La respuesta emocional son estímulos rápidos e impulsivos que
valoran lo que está ocurriendo y nos informan de qué significado tiene para
nosotros eso.
Para resumir (y como no me gusta mucho la
teoría) podemos decir que las emociones son respuestas que nuestro cuerpo nos
da ante situaciones que ocurren a nuestro alrededor, pudiendo ser entre los
demás, de los demás hacia nosotros o de nosotros con nosotros mismos. Estas
emociones son información sobre cómo debemos actuar ante lo que ocurre para
darnos lo que nuestro cuerpo considera que necesitamos. Cuanto mejor las
conozcamos mejor Inteligencia Emocional tendremos y más felices estaremos,
porque sabremos darnos lo que necesitamos en cada momento. Identificarlas bien
también nos hará más fácil la tarea de transmitir una educación emocional a
nuestros hijos que les ayude a crecer con una autoestima y confianza en sí mismos
fuertes.
La PNL (Programación Neurolingüística)
afirma que las emociones siempre aparecen tras los pensamientos y que dan lugar
a acciones que suponen unos resultados.
Pensamiento => Emociones => Acción
=> Resultado
Según esta teoría si no estamos consiguiendo
lo que deseamos es un problema en nuestra forma de pensar y que si cambiamos la
forma de pensar conseguiremos resultados diferentes. Pero esto lo veremos más a
fondo cuando hablemos de PNL.
Para qué sirven las emociones
Las emociones, como veíamos, son
portadoras de información que nos van a decir qué es lo que necesitamos ante
las diferentes situaciones que ocurren en nuestra vida. Las emociones (siempre
que sean primarias) van a ser verdaderas y tendrán más razón que lo que
probablemente estemos pensando nosotros. Así que en esos momentos en los que
pensamos una cosa, pero sentimos otra, seguir a lo que nuestro cuerpo nos dice
seguramente tenga mejores resultados que hacer caso a la razón.
Las emociones, por tanto, sirven para
saber en cada situación, entorno o personas con las que esté, qué es lo
necesito para poder dármelo y estar satisfecho y feliz conmigo mismo.
Cómo pueden ayudarnos las emociones
Las emociones pueden ayudarnos en diferentes
aspectos:
A conocernos mejor: cuanto mejor conozca las respuestas de mi cuerpo relacionadas con las emociones, mejor sabré qué emoción es la que estoy sintiendo y qué me está diciendo. Al principio puede costar identificarlas, pero con tiempo, trabajo y un diario emocional, no tardaremos en saber cuál es cuál.
Saber lo que necesitamos: unas veces
reaccionaremos con una emoción y otras con otra, pero lo bueno de conocerlas es
que sabremos identificar el significado de esas emociones, lo que nos quieren
decir y la necesidad que hay detrás.
Gestionarlas y darme lo que necesito: una
vez sepamos la emoción que es y lo que nos quiere decir, ya solo necesitaremos
hacer, decir o pensar lo que nos pide, para manejar esa emoción y conseguir aquello
que nos está solicitando.
Las emociones también nos van a ayudar a
descubrir recuerdos anclados a un sentimiento que me siguen haciendo mal hasta
el día de hoy (lo veremos cuando expliquemos las emociones no saludables).
El conocimiento y control de emociones
aumentarán nuestra autoestima.
Nos van a ayudar a saber si las cosas que
hago en mi día a día me gustan de verdad, si el trabajo que realizo me llena o
lo hago por rutina, etc.
Al fin y al cabo, las emociones nos van a
ayudar a ser más felices con nosotros mismos y con los que nos rodean.
Cuando detectamos emociones saludables
los mensajes o necesidades que estas nos traen son los siguientes:
- El enfado te dice que tus límites han sido sobrepasados o que no te están dando lo que solicitas.
- La tristeza te dice que has perdido algo importante o que tu necesidad de amor y afecto no está atendida.
- El miedo te dice que estás en peligro o que no estás seguro.
- La sorpresa que existe algo nuevo, que merece la pena investigar.
- El asco te dice que lo que estás experienciando es malo para ti.
- La alegría que has alcanzado una meta o que ha ocurrido algo beneficioso para ti.
Estas emociones adaptativas que traen este tipo de información servirán para poder gestionarlas y saberte dar lo que están reclamando para satisfacer las necesidades requeridas:
- Enfado para establecer y proteger tus límites.
- Tristeza para llorar o refugiarte.
- Miedo para huir o atacar.
- Sorpresa para indagar en lo acontecido.
- Asco para expulsar.
- Alegría para disfrutar de lo ocurrido.
Las emociones desadaptativas son
respuesta, a malestares crónicos enquistados durante años (normalmente largos
períodos de tiempo), que siguen siendo emociones primarias que corresponden a
tu verdadero ser, pero de alguna forma no se gestionaron bien y se han quedado
latentes. De vez en cuando, sin saber muy bien por qué, surgen sin que seamos
casi conscientes de ello. Por eso estas emociones no son saludables, ya que son
respuestas a acontecimientos vividos en el pasado, en lugar de respuestas a lo
que ocurre en este momento (como las anteriores adaptativas). Este tipo de
emociones necesitan ser gestionadas de forma diferente, ya que en este caso lo
principal es aceptarlas, comprenderlas y cambiarlas. Si quieres saber más sobre
cómo trabajarlas y sustituirlas por emociones saludables consulta este post
sobre el Proceso Emocional Básico.
La educación emocional en los niños
¿Por qué es importante educar las emociones de los niños en casa y en la escuela?
Hasta hace algunos años la educación
emocional consistía en enseñar a reprimir ciertas emociones. Por ejemplo, le
enseñábamos a los niños a no llorar, porque era un síntoma de debilidad. Esta
represión tarde o temprano generaba en el niño poco control sobre sus emociones
en diversas situaciones, lo que podía traerle complicaciones en sus relaciones
con los demás. Ahora, gracias a los aportes de Daniel Goleman sobre
inteligencia emocional, el concepto de educación emocional ha cambiado. Si
enseñamos a los niños a identificar las emociones positivas o negativas, a
comprender por qué se sienten así, les ayudará a gestionar y controlar sus
reacciones frente a los demás. En este sentido, es importante que desde la casa
y en la escuela podamos enseñarles con nuestro ejemplo, a gestionar adecuadamente
sus emociones, para que sean capaces de enfrentarse a los problemas que se
presentan en la vida cotidiana.
En esta ocasión, te presentamos
información sobre qué son las emociones, la función que cumplen en nuestra vida y algunas recomendaciones para docentes y padres de familia, a fin de ayudar a gestionarlas en los más pequeños.
"Cuerdas", Corto metraje completo
Películas para reflexionar sobre nuestras emociones y cómo superarlas
1. Intensamente (Disney-Pixa)
2. ¿Cómo entrenar tu dragón? (Disney)
3. Grandes héroes (Disney)
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